Kazumi para en una plaza y abre su teatro para Kamishibai sobre la bici, la función va a comenzar. Cristina, que escribe cuentos, lo abre sobre la mesa de la librería donde va a contar uno de sus cuentos a los niños y papás que se han acercado a escucharla. Antonio, el profe, lo abre sobre una mesa de la clase para que los niños cuenten las historias que han dibujado. También se abre en muchas casas, donde niños y mayores se divierten un rato contando cuentos con el butai (teatro para kamishibai).
Aunque se cree que el Kamishibai (“drama de papel”) tuvo su origen allá por el siglo XII en los templos budistas de Japón. Resurgió en el Japón de principios del siglo XX, durante la gran depresión, como medio para algunas familias para ganarse la vida en un momento en el que el trabajo escaseaba. Kazumi Hirai**, es de Tokio, es una gaito kamishibaiya (“cuentista de Kamishibai”), y hoy en día todavía cuenta algunas de las historias que su abuelo contaba allá por 1934. El señor Hirai se quedó sin trabajo, y para salir adelante se construyó un butai de madera, que utilizaba para recorrer las aldeas cercanas contando cuentos en plazas y parques a cambio de unos yenes para poder comer.
Hoy en día el Kamishibai vuelve a ser popular en Japón como medio didáctico, para contar cuentos e historias de forma divertida. Y su popularidad se extiende a muchas otras partes del mundo.
A Antonio Hernández**, que es profesor, lo que le encanta es que los niños creen las láminas en cartulinas: inventan un cuento, lo pintan con ceras, con temperas, con pintura de manos… y luego los mismos niños van pasando las láminas por el Kamishibai y cuentan el cuento a los demás. ¡Es genial cuánta creatividad, imaginación, fantasía y expresión se desarrolla y manifiesta con esta herramienta!
Nosotros comenzamos a fabricar butai (teatros para Kamishibai) por “culpa” de nuestra amiga Cristina. Cristina escribe cuentos infantiles y sus dos primeros cuentos: “Del círculo que se cayó de una camiseta de Lunares” y “El viaje de Nora”, los ha editado también en unas preciosas láminas para Kamishibai. Os los recomendamos. Cristina quería un Kamishibai para usarlo en sus presentaciones y nos lo encargó hace ya algunos años, desde entonces ha recorrido un montón de librerías, coles y bibliotecas por toda la geografía española.
Sobre nuestros Kamishibai
Desde que Cristina nos encargó el primer Kamishibai* que construimos hemos ido trabajando para poder ofreceros variedad de modelos y mejorar su diseño...
Una de las primeras mejoras que introdujimos en nuestros teatros fue el cierre. Ninguno de los sistemas que habíamos visto en otros Kamishibai* nos convencía demasiado, (aunque tal vez sea sólo cuestión de gustos) así que desarrollamos nuestro propio sistema de cierre para poder transportarlos de forma cómoda y segura. Los cierres consisten en un tirador de madera que engancha las puertas, mediante una goma, a la parte de atrás del carril para las fichas. Las dos piezas que forman el tirador no van encoladas de forma que en el caso de que la goma se rompa o se salga puede ser sustituida con facilidad tras levantar el tapón haciendo palanca con un cuchillo o destornillador.
Otra de las características que hacen a los Kamishibai de Había un Ratón especiales son los materiales de construcción. Disponemos de dos modelos distintos: “el clásico”, de tres puertas y cuyo diseño es más parecido al de los butai tradicionales japoneses, está fabricado en su totalidad en madera maciza de pino, lo que le hace único entre los kamishibai que se comercializan. El modelo que denominamos “moderno”, tiene dos puertas, y está fabricado con madera contrachapada de abedul. Una madera dura de tono claro. En ambos modelos buscamos materiales naturales y de calidad pero que nos permitan fabricar kamishibai a un precio competitivo.
Como cada uno tiene sus gustos, además de elegir modelo y tamaño (A4 y A3) podréis también elegir distintas posibilidades de color y acabado, por lo que las opciones son muchas para que puedas tener el teatro para Kamishibai que te gustaría. Y si quieres algo todavía más personal, añadir fotos, grabado de un texto, logotipo o dibujo, o colores y diseños particulares, sólo tienes que decirnos por email o teléfono como lo quieres y nosotros te diremos si podemos hacerlo y cuanto te costaría cada una de las personalizaciones que nos pidas, para que de esa forma puedas elegir a la carta teniendo en cuenta el precio de cada personalización. En las fotos os mostramos, algunos de los Kamishibai a medida que nos han pedido.
*Aunque formalmente deberíamos referirnos a los teatros para kamishibai como butai, en este artículo a veces les denominaremos como kamishibai, ya que es el nombre con el que se les conoce comunmente en España.
**Aunque basados en historias reales Kazumi Hirai y Antonio Hernández son personajes de ficción.